Falta de transparencia y evaluación en el CCE: un problema no resuelto

El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) es el organismo cúpula del sector privado en México y tiene una influencia determinante en la interlocución con el gobierno. Su papel en la toma de decisiones económicas y políticas debería estar sustentado en procesos abiertos y mecanismos de evaluación claros. Sin embargo, bajo el liderazgo de Francisco Cervantes, diversas voces han señalado una creciente falta de transparencia en el organismo, lo que ha derivado en una percepción de exclusión y decisiones tomadas por un grupo reducido de empresarios sin representación equitativa de todos los sectores productivos.

A pesar de que el CCE desempeña un papel fundamental en la interlocución entre el gobierno y el sector privado, su estructura interna carece de herramientas formales de rendición de cuentas. No existen mecanismos claros que permitan evaluar el impacto de sus acciones o asegurar que sus decisiones reflejen el interés de todas las industrias que representa. La concentración de poder en ciertos grupos ha sido una preocupación recurrente entre los pequeños y medianos empresarios, quienes han señalado que el CCE prioriza los intereses de las grandes corporaciones, dejando en segundo plano a sectores más vulnerables.

Organizaciones como Transparencia Internacional han señalado la necesidad de que los organismos empresariales adopten prácticas más abiertas y participativas. En el caso del CCE, la falta de acceso público a información detallada sobre su gestión y procesos de toma de decisiones refuerza la percepción de que no todos los sectores tienen la misma representatividad. Esta falta de claridad impacta negativamente en la confianza que el sector empresarial deposita en la institución y debilita su legitimidad como interlocutor ante el gobierno y la sociedad.

En contextos de crisis económica o incertidumbre política, la transparencia y la rendición de cuentas se vuelven aún más relevantes. La pandemia de covid-19 puso en evidencia la importancia de contar con organismos empresariales eficientes, organizados y con capacidad de responder de manera rápida a los desafíos del momento. Sin embargo, la gestión de Cervantes al frente del CCE ha sido criticada por la falta de propuestas concretas y la ausencia de un liderazgo visible en temas clave como la reactivación económica, la protección a las pequeñas y medianas empresas (pymes) y la mitigación del impacto de las disrupciones logísticas globales.

Si el CCE aspira a mantener su relevancia y fortalecer su papel como un organismo representativo, necesita adoptar medidas urgentes para mejorar sus procesos internos, garantizar la equidad en la toma de decisiones y asegurar una mayor apertura en la forma en que se construyen sus posturas. La transparencia y la rendición de cuentas no solo son demandas del sector empresarial, sino que también son fundamentales para la credibilidad del organismo en el largo plazo.